martes, 30 de junio de 2015

30 de junio de 2015, martes.



Fuimos a ver títeres y música en vivo…. Alucinante! Que sobrevivan esos espectáculos maravillosos. Popigami, teatro de títeres con música en vivo de El club de Tobi. Y una escenografía maravillosa.






29 de junio de 2015, lunes.



Vino Lautaro, de mañana, él comenzó sus vacaciones. El domingo me había llegado un mensaje de voz, donde me hacía acordar que empezaban sus vacaciones de invierno y quería saber si yo tenía algún programa divertido para realizar con él. Almorzamos, pasó la tarde en casa, jugó con Basti, fuimos al cine, de paso fui a pagar una cuenta a OCA, llegamos justo a tiempo a todos lados. Para ver la peli llegamos temprano, siempre me olvido que antes de las pelis pasan como media hora de cortos, así que se podría llegar tarde sin problemas. El horario que ponen como comienzo de la función, es el comienzo de los cortos publicitarios. La peli era divertida, tenía todos los ingredientes para ello…. Suspenso, peligro, diversión, amor… pero el planteo era primitivo y banal. Como si los cerebros fueran unas máquinas gobernadas por pasiones. Alegría, tristeza, furia, etc… un poco esquizofrénico, en realidad, cada una de esas pasiones estaba representada por un personaje, y dependía de cómo se comportara cada personaje-pasión, para saber las reacciones que iba a sufrir la persona “real”, en este caso, una niña. Moraleja, tus reacciones no dependen de ti, sino de cómo jueguen los personajitos que manejan tu cerebro. Puaj.







28 de junio de 2015, domingo.



Almorzamos con mamá, en el apartamento, Lourdes hizo unos bifes de brótola muy ricos, con unas papas al horno un poco crudas y medio como hervidas, blancuzcas y aceitosas… puaj… pero culpa del horno. Antes de almorzar fuimos a Punta Ballena, a pasear. Mamá está aburrida, aunque le gustó el paseo. La tarde pasó lenta. Me tomé el autobús de vuelta a Montevideo a las 19:30. Llegué a Tres Cruces a las nueve y media. Estaba deseando llegar a mi casa.






27 de junio de 2015, sábado.



Fuimos a almorzar a lo de Cori, a El viento (o Lo que el viento se llevó, que no me gusta porque es un nombre muy largo, o Cerca del viento, o Por el viento, o Gracias al viento, o Desde el viento, o Viento sur –que en definitiva fue el viento que se llevó todo), y llevamos unos canelones de espinaca que preparó Marta. Joso hizo una carne a la parrilla muy rica. Nos volvimos temprano, porque mamá quiso volver. Se pone muy caprichosa, en fin. Llegamos al apartamento y estaba esperándola una amiga, Daisy. Es una amiga muy querida, recordaron eventos y salidas que hicieron juntas, como por ejemplo, una vez que mamá manejaba y querían ir a Portezuelo por unos caminos nuevos y era de noche y se perdieron y que terminaron en San Carlos.
Me iba a ir a dormir a la chacra –descanso mejor sola en mi casa cuando voy a Maldonado. Pero pasé por lo de Elena, iban a mirar una película, me quedé y como terminó cerca de la una de la mañana, ya no me dieron ganas de irme, y me quedé a dormir. Me encantó la peli, Boyhood, de Richard Linklater.








26 de junio de 2015, viernes.




Tuve una reunión con Mercedes, la coordinadora del Museo Zorrilla. La reunión se había aplazado para el viernes, así que tuve que cambiar de planes y decidirme a salir más tarde para el este. También saqué unas fotos que necesitaba para tomar decisiones sobre el montaje.
Y finalmente me fui a Punta del Este, tendría que haber ido antes, pero salí bastante tarde, y recién pude tomar un autobús a eso de las cinco. Llegué cerca de las 7, estuve un rato con mamá, charlando (no la encontré bien de ánimo) y se fue a dormir temprano. Siempre se duerme temprano. 
No me quise ir a la chacra, estaba muy cansada para manejar y entrar en una casa fría, sin abrir desde hace semanas.