viernes, 30 de enero de 2015

27 de enero de 2015, martes.



Seguimos trabajando en el jardín, ordenando la leña, cortando césped, podando, arreglando canteros. Sigo cosechando moras y haciendo mermelada. Siempre me pincho con las espinas de las zarzamoras.
De tardecita llegaron Marce, Ivonne y Lautaro. Cenaron con nosotros y se quedaron en la casa de la abuela, frente a la laguna.











26 de enero de 2015, lunes.



Fui a ver al médico de urgencia porque mi mano estaba hinchada. Me dijo que no parecía fractura pero que me mandaba una radiografía por las dudas.  Si en una semana no mejor, me hago la radiografía. Después fui a ver a mamá y pasé la tarde con ella. Al principio estuvo un poco enojada, molesta. Bajamos al jardín del edificio, estaba muy lindo, y pasó bien, llegaron Marcelo y Daniela.
Llegué de nuevo a la chacra de nochecita. María había mandado el camión del vivero con Fernando, a limpiar parte de lo que quedó de basura de los ocupantes de la casita, de los gallineros, etc. Soy feliz.


25 de enero de 2015, domingo.



Un día hermoso, fuimos a la playa de mañana y otra vez de tarde. Hizo mucho calor.
Me esguincé una mano, la izquierda. Estaba intentando sacar una rama para llevarla a la pira que estoy armando para quemar en junio, se rompió la rama y yo, que estaba tirando con toda mi fuerza para desengancharla del pastizal que se había apoderado de ella, me caí para atrás, y claro, puse la mano para atajarme, pero la mano no ve y yo estaba cayendo de espaldas, así que se apoyó donde no debía, y mi cuerpo entero, que, aunque no es muy grande, pesa 53 kilos, mi cuerpo entero con la suma del envión aplastó mi mano. Sentí un crick, igual que el que sentí cuando el año pasado me esguincé el tobillo. Y dolor, mucho dolor. Me enojé conmigo y me puse hielo.









24 de enero de 2015, sábado.



Otra vez nos levantamos tarde y no fuimos a la playa de mañana. Pero  fuimos de tarde, estaba lindo.