La confirmación llegó a eso de las 16 hs, 15 horas antes del
embarque. Entonces, se supone que en esas 15 horas (sería horario probable de
estar dando clases, etc), los integrantes de la mesa tendrían que asumir que sí
viajaban a Montevideo, terminar el probable día hábil, organizar los cambios
para poder ausentarse dos días del trabajo y de la vivienda, con todo lo que
eso implica, volver a casa, cenar y ducharse, interactuar con la familia, dormir
y levantarse a eso de las 5 a.m. para estar en el puerto 6:30). Por suerte
existió el plan B y el viaje estaba asegurado por nosotras sin depender de la
confirmación del estado, y las vidas de cada uno estaban planificadas para
poder viajar. Uf.
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