A las 8:30 de la mañana me tomé el autobús de vuelta para Montevideo. Mi madre durmió bien, por suerte.
Inauguró Juliana la exposición en la colección Engelman-Ost,
estuvo lindo. Me encantó la obra, potente y delicada.
Después me fui al espacio de filosofía, terminamos tarde,
con un análisis de Arací de El saber, El poder y La subjetividad, de las clases
de Deleuze sobre Foucault.
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