viernes, 13 de febrero de 2015

12 de febrero de 2015, jueves.



Fui al Subte, la impresión iba a estar a eso de las 14 hs, así que fui a esa hora. Fui sin almorzar, porque cuando salí eran las 13:30 y quería estar ahí cuando llegara, pero sin el estrés habitual; a las 19 hs se inauguraba, y mi obra aún no estaba impresa. En una media hora, llegó. Por supuesto que no todo estaba perfecto, los bordes estaban manchados y hubo que refilarlos, y la impresión fue en dos paneles que había que unir –eso ya lo sabíamos- pero Rulfo, adelante mío les pidió que el corte lo hicieran al borde de las fotografías, que no cortaran dentro de uno de los retratos, sino al borde. Bueno, cortaron en la mitad de los espacios blancos, así que tuvimos que hacer malabarismos para que no se notara, y Rulfo es muy detallista en todo eso tan artesanal, eso que a mí me resulta imposible de lograr. Finalmente, quedó bien. Bien, no perfecto, pero hace tiempo que sé que nunca es perfecto. Volví a casa, me bañé y volví para la inauguración. Nos fuimos a cenar con Pity y Ana, Caro, y Juliana.







 



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