Ya el día de la inauguración y faltaban cosas. Estuvimos
desde la mañana en el museo. Al mediodía llegó Tito con los ploteos que
faltaban. Cuando intentamos encender el video no hubo caso, el video no
funcionó más. Pensamos que era una tontería, la noche anterior el electricista
del MEC había estado arreglando unas luces de la antesala y apagó la llave de
la sala. El reproductor de video se había apagado, pero no le dimos
importancia, todo había funcionado bien hasta ese momento, y aunque los chicos
del museo habían intentado encenderlo, pensamos que Infanzón, que era quien lo
había instalado lo encendería sin problemas. Pero no. Cuando llegó Infanzón
entramos en crisis, no funcionaba y no funcionaba. Gaby y yo estuvimos hasta
las 3 de la tarde, mirando sin poder solucionar nada, con la sensación de que nadie
tenía idea qué pasaba, y que no había solución. Nos fuimos, muy estresadas. No
sabíamos si era el reproductor, o el proyector. Un bajón. Todos estábamos pendientes
de eso, los últimos detalles estaban listos y a 4 horas de la inauguración no
había imagen de video. Puf. Y el audio del video también tenía problemas, había
un canal de audio que no salía por los auriculares, no se escuchaba.
En fin, de noche, todo estaba bien. Estuvimos de montaje una
semana, y pese a todo, llegamos a la inauguración con estrés, sin estar seguras
de que todo estuviera funcionando.
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