lunes, 18 de mayo de 2015

17 de mayo de 2015, domingo.



Me desperté tarde, después de las diez, como siempre que duermo en la chacra. Me preparé un desayuno campestre: una flor de zapallo envuelta en una masa de levadura a la plancha, jugo de mandarina y té. Mmmmmmmm… 
Bajé correo, intenté arreglar la compu, que cada vez anda más lenta, mmmm,  y bajé más antivirus, mmmmm, probé más programas y mmmmm, desinstalé alguno que no, no, nooooo, no debía haber desinstalado -creo que voy a tener que llamar a un técnico, porque noooooo estoy logrando hacer que nada funcione bien. No quiero, porquequiero arreglar las cosas sola... es un poco obsesivo, soy conciente. Pero tá, es eso.
Me encontré con unas ranitas adentro de la casa, dos en el baño y una en la cocina. Se ve que las pobres necesitan agua.
Había arreglado con Cori para ir juntas a Maldonado. Yo no quería ir en el fusca porque esa noche tenía que volver a Montevideo, en un autobús que iba a tomar en Maldonado, y no me gusta dejar al fusca en la calle una semana entera. Era el festejo del cumple de Enrique y todos íbamos a almorzar a si casa, y a mí me tocaba llevar a mamá y hacerme cargo de su transporte y etcéteras. Bueno, Cori apareció por mi casa -después de que la llamé como cuatro veces- cerca de las dos de la tarde.  Y no pensé que iba a demorar tanto. En fin. Llegamos tardísimo. Blanca estaba muy ansiosa.
Pero el cumple estuvo muy lindo, muy rico y muy amoroso todo.
Volvimos temprano -a eso de las cuatro mamá quiso ir a su casa. la llevé y me quedé con ella hasta las ocho. A las ocho me fui a tomar el autobús, agotada.
Y es la hora de decir; por favor, ayúdame. Necesito ayuda.












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