No me animo a ayudar a mi madre a morir –ella me dice que
quiere morir, y la entiendo- y, aunque sé – seguro- que ella quiere morirse-,
no me animo a quebrar las reglas, Me siento tremendamente egoísta al no dejar
que se muera, Al no ayudarla a morir de una forma más digna, a evitar estas
humillaciones para las cuales no estamos –ninguno de nosotros- preparados. Yo
sé que yo no quiero pasar por eso. Y sé que si quiero, me mato, como cualquiera
que quiera suicidarse. Ahora, claro, ahora tendría posibilidades, quiero decir,
podría hacerlo, tendría a mi alcance como cualquiera, alguna forma de hacerlo...
Aunque ahora no tengo la más mínima intención de suicidarme. Estoy muy bien
así. Pero pienso que morir no es algo apocalíptico, es algo natural, algo que
nos va a suceder a todos, algo que está bien que suceda, en el tiempo que tenga
que suceder. Sé que si fuera yo la que
estuviera en el lugar me mi madre, agradecería a quien me diera una sobredosis
de –algún- calmante como para que me muriera de forma rápida. Uf, pero soy
incapaz de hacerlo.
Julio organizó un asado con un montón de amigos, todos veterinarios. Fue divertido.
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