Vino
Lautaro, de mañana, él comenzó sus vacaciones. El domingo me había llegado un
mensaje de voz, donde me hacía acordar que empezaban sus vacaciones de invierno
y quería saber si yo tenía algún programa divertido para realizar con él. Almorzamos,
pasó la tarde en casa, jugó con Basti, fuimos al cine, de paso fui a pagar una
cuenta a OCA, llegamos justo a tiempo a todos lados. Para ver la peli llegamos
temprano, siempre me olvido que antes de las pelis pasan como media hora de cortos,
así que se podría llegar tarde sin problemas. El horario que ponen como comienzo
de la función, es el comienzo de los cortos publicitarios. La peli era
divertida, tenía todos los ingredientes para ello…. Suspenso, peligro, diversión,
amor… pero el planteo era primitivo y banal. Como si los cerebros fueran unas
máquinas gobernadas por pasiones. Alegría, tristeza, furia, etc… un poco
esquizofrénico, en realidad, cada una de esas pasiones estaba representada por
un personaje, y dependía de cómo se comportara cada personaje-pasión, para
saber las reacciones que iba a sufrir la persona “real”, en este caso, una
niña. Moraleja, tus reacciones no dependen de ti, sino de cómo jueguen los
personajitos que manejan tu cerebro. Puaj.
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