Nos quedamos
la mañana en La Escondida. Apareció una gara gris, grande, linda. Mansa. le dimos comida del perro y no se emocionó demasiado, pero comió. A Bastien le encantan los gatos. Bueno, todos los animales. Sofía y Bastian estuvieron por quedarse conmigo,
pero finalmente volvieron a Montevideo con Julio.
Cuando se fueron todos, moví los
muebles del estar y pinté la mitad del piso, dejando rectángulos sin pintar
para poder caminar y moverme hasta la pileta, a buscar un vaso, la heladera, un
camino de llegada a zonas estratégicas. De tardecita llovió, se escucharon
truenos por un buen rato, y después hubo una lluvia fuerte, un chaparrón que
duró poco pero mojó, no bastante, pero algo, para la seca que hay. La tierra
está cuarteada. Las naranjitas, en el árbol, tienen 3 centímetros de diámetro.
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